La policía golpeó salvajemente a las mujeres y luego a quienes fuimos a defenderlas.
Los ancianos, hombres y mujeres, fueron los más agredidos pues no pudieron salir corriendo.
Luego de la represión quemaron una a una nuestras 20 casas junto a nuestras cosas (documentos, ropa, mercadería, bicicletas).
Tuvieron detenidos más de 24 horas a niños entre 4 y 17 años.
También a mujeres embarazadas junto a sus bebés.
A los heridos los esposaron y cuando se dormían en la celda les tiraban agua caliente para que no se durmieran. La celda era un río de sangre.
Qué horror.
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